PERSIGUIENDO SUEÑOS AL CALOR DE LAS LLAMAS

Por: Alma Martínez

El ser humano es la única criatura de la naturaleza que “persigue sus sueños”, que sigue su vocación con algo más que el instinto, pero no todos consiguen llegar a realizar la actividad que les gusta y hacerla su forma de vida, muchos ni siquiera la descubren.

Magaly tenía 10 años cuando descubrió que quería dedicarse a combatir el fuego.

Estaba sentada en una piedra viendo cómo los bomberos realizaban sus prácticas en un terreno baldío, al lado de la vivienda de su abuelo, quien apagó de un tajo su propósito, pues le comunicó que no había mujeres en el Cuartel de Bomberos en Valles.

Magaly Aragón Salgado, tiene 31 años de edad, es madre de un adolescente de 14 y una niña de 3.

 

Y prosigue la historia:

 

Al paso del tiempo, Magaly se enteró que en otros lugares sí había mujeres dedicadas a la noble tarea de luchar contra las llamas, salvar vidas y rescatar patrimonios.

Conoció el caso de Margarita Benavente, quien en San Luis Potosí había destacado por su aplicación y espíritu de servicio.

En 2017 le pidió a su madre permiso para integrarse al Cuerpo de Bomberos de Valles, pero ésta se opuso pues consideraba muy peligrosa esta actividad.

A fuerza de insistir, por fin su madre accedió a que probara fortuna como radio operadora.

Aunque ella recibía las llamadas de auxilio y activaba a los bomberos para que atendieran los servicios, lo que ella quería era acudir; por el momento, solo se conformaba con ver a sus compañeros bajando por el tubo con sus uniformes, abordar los camiones, listos para la acción.

 

 

EL INICIO

 

Siempre con el afán de superarse, Magaly comenzó a estudiar todo lo relacionado con la actividad hasta que le pidió una oportunidad al comandante de Bomberos para unirse a la operatividad, este accedió y jubilosa, dio sus primeros pasos dentro de este oficio que hasta hoy considera su pasión.

 

Su madre se enteró de que Magaly ya era operativa cuando compró el periódico Huasteca Hoy y vio que en la contraportada estaba la foto de su hija sosteniendo una manguera y apagando el fuego en un incendio de una empacadora de carnes de Tamuín. Se molestó un poco, pero se sintió orgullosa de que su hija pudiera seguir su sueño.

«SI ERES MUJER, ERES DÉBIL»

 

Estuvo como operativa un año en Bomberos Valles, pero ella quería más, tomar cursos, actualizarse y profesionalizarse, y en Valles era muy difícil, parecía que los encargados no le prestaban seriedad al voluntariado. “Tengo mucho orgullo de haber formado parte del cuerpo de Bomberos de Valles, pero no me gustó como llevaban la administración”.

Y se fue a la diáspora:

Estuvo como voluntaria en el cuerpo de bomberos de Tlalnepantla en el Estado de México y en Hidalgo fue bombera y paramédico, y después en San Luis Potosí, trabajó en la planta BMW.

El servicio que más le impactó fue el de un accidente en Tula, Hidalgo, cuando un joven de 17 años de edad, que andaba ebrio, chocó su carro contra un árbol de mezquite y volcó; al lugar llegó su abuela, quien dentro del dolor, estaba preocupada por darle la noticia a la madre, que estaba en Estados Unidos.

En todos los lugares donde ha estado, ha sido víctima de acoso laboral y discriminación por ser mujer, por parte de los jefes.

En la planta automotriz le negaban los permisos si algún día tenía que salir para cumplir como madre, la cuestionaban y hacían comentarios de que esa era la razón por la que no querían contratar mujeres. En otras ocasiones la enviaban a realizar labores sencillas, argumentando que por ser mujer no podría hacer otras más difíciles. Por esa cuestión tiene una demanda laboral en las instancias correspondientes.

 

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2019 había aproximadamente 213 mujeres bomberas en el país, mientras que actualmente en San Luis Potosí hay 35 mujeres y 100 hombres realizando labores operativas. En el Cuartel de Ciudad Valles no hay ni una.

 

 

SOMOS BOMBERAS

Las situaciones  de acoso y discriminación, llevaron a Magaly a crear una página en Facebook llamada «Somos Bomberas», dirigida a mujeres y que tiene como objetivo conseguir cursos profesionales gratuitos, ya sea virtuales o presenciales. “La intención es que las bomberas se sientan seguras, que sepan que siempre las van a tratar con equidad y que nadie les puede decir que no pueden”.

Hace unas semanas fue a San José del Cabo, donde sostuvo una reunión con instructores norteamericanos con los que acordó impartir cursos a través de su página, que ya cuenta con más de 47 mil seguidores. “Los americanos son más conscientes, tratan igual a mujeres y hombres”.

Recientemente, en coordinación con la empresa Aero Alliance Care, organizó un curso de seguridad en operaciones aerotransportadas dirigido a mujeres.

LO QUE VIENE

Actualmente, Magaly estudia la carrera de Protección Civil. Su padre cuida a los niños cuando se requiere y su madre la apoya con la logística de los cursos dirigidos a mujeres de varios puntos del continente americano.

Recomendó a las mujeres que realizan actividades que antes “solo eran consideradas para hombres” y que han sufrido machismo y discriminación de género, “que cada crítica, cada rechazo, cada acción en su contra la tomen como un escalón para poder llegar a donde quieren, que se concentren en su meta y sobre todo que lo hagan con toda la fe, aunque a veces sea muy complicado, nunca quiten el dedo del renglón”.

Para Magaly, es una satisfacción muy grande decir: “aún no llego a donde quiero, pero no estoy en el lugar donde comencé y voy por muchísimo más”.

Es su pasión, es su vocación: perseguir sus sueños…al calor de las llamas.

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