Emboscadas en Michoacán y Jalisco dejan seis militares muertos

Michoacán y Jalisco vivieron una jornada de violencia el 16 de marzo de 2025, cuando grupos armados atacaron de manera coordinada a fuerzas de seguridad, dejando un saldo de seis elementos fallecidos: tres soldados del Ejército Mexicano y tres agentes de la Guardia Nacional. Las agresiones han sido atribuidas al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), en aparente represalia por la reciente liberación de uno de sus líderes.
Uno de los enfrentamientos más letales ocurrió en el municipio de Chilchota, Michoacán, donde militares de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fueron emboscados en una carretera tras ser obligados a detenerse con dispositivos ponchallantas. Al descender del vehículo, fueron atacados con armas de alto calibre desde la maleza, dejando un saldo de tres soldados muertos y dos heridos de gravedad.
En paralelo, en el poblado de Guadalupe de Lerma, municipio de La Barca, Jalisco, dos agentes de la Guardia Nacional fueron asesinados durante una patrulla de rutina cuando sujetos armados abrieron fuego contra ellos. Otro enfrentamiento similar se reportó en Yurécuaro, Michoacán, donde un tercer elemento de la Guardia Nacional perdió la vida.
Los agresores desplegaron tácticas de bloqueo en distintos puntos de Michoacán, como Tanhuato, Chavinda, La Piedad y Tangamandapio, incendiando vehículos y esparciendo estrellas ponchallantas para obstaculizar el tránsito. Autoridades de seguridad han señalado que estos ataques serían una respuesta a la reciente liberación de un presunto líder criminal identificado como «El Chuy» o «La Hamburguesa», quien habría ordenado las emboscadas como represalia.
Tras los hechos, la Secretaría de Seguridad Pública de Michoacán, en coordinación con la Guardia Nacional y el Ejército Mexicano, desplegó un operativo en las regiones de Zamora, La Piedad y Jiquilpan para dar con los responsables. Hasta el momento, no se han reportado detenciones.
Estos ataques han generado una fuerte preocupación en la región, donde la violencia ligada al crimen organizado continúa siendo una amenaza constante para la población y las fuerzas de seguridad.