71 años de la Virgen de Guadalupe en la Catedral
Cada 12 de diciembre, la Catedral de Ciudad Valles se convierte en un vibrante centro de fe, alegría y devoción. Miles de feligreses provenientes de colonias, ejidos y comunidades cercanas acuden para rendir homenaje a la Virgen de Guadalupe. Con emoción y profunda entrega, entonan las tradicionales mañanitas, celebrando no solo a la Madre de México, sino también una tradición que ha perdurado por más de siete décadas.
Ubicada entre las calles Galeana y 16 de Septiembre, la catedral fue construida en un terreno donado por Magdalena Curiel. Su historia comenzó con la colocación de la primera piedra el 5 de abril de 1944. Bajo la guía del Padre Xavier, la edificación inició formalmente en 1945, dando origen a un espacio sagrado donde la fe y la comunidad han florecido desde entonces.
En el altar mayor se encuentra una extraordinaria pintura de la Virgen de Guadalupe, realizada por el artista Luis Toral González en 1950. Cuatro años después, en 1954, la obra fue colocada de manera definitiva en el altar, donde continúa siendo venerada por los creyentes. La pintura, de 2 metros por 1.20, destaca por sus rayos dorados que realzan la luz y la devoción que emana de cada visitante.
La imagen guadalupana elaborada por Toral y su equipo es especialmente reconocida por su fidelidad, ya que fue trabajada a tan solo dos metros del ayate original de Juan Diego. Durante años, se desconoció la identidad del donante; hoy se sabe que fue la familia Gámez Santana, en memoria de Fernando Santana Enciso, quien falleció antes de concluir la copia.
El costo de esta valiosa obra fue de $2,500.00, una suma significativa para la época. Aunque el Padre Xavier pensó en un marco de otate, las damas del Club de Costura decidieron obsequiar uno nuevo que embelleció aún más la imagen.
Durante las festividades del 12 de diciembre de 1954, se anunció que mil niños recibirían por primera vez el Pan Eucarístico, pero la sorpresa llegó cuando 500 pequeños más se unieron a la ceremonia, convirtiéndola en un acontecimiento inolvidable. Este espíritu de unidad y celebración se ha mantenido vivo año tras año, transformando la fiesta guadalupana en un símbolo de esperanza y profunda fe.
Así, cada 12 de diciembre, la Catedral de Ciudad Valles no solo honra a la Virgen de Guadalupe, sino también la unión de una comunidad que, durante 71 años, ha encontrado en Ella un refugio de amor, tradición y devoción.
Colaboración: Crescencio Martínez Candelario, Cronista Municipal.